¡Ya está aquí el frío y apetece poner la calefacción!
Antes de hacerlo, conviene comprobar que la presión de la caldera es la correcta. Una presión entre 1 y 1,5 bar hará que todo marche bien.
La presión hay que mirarla cuando la calefacción está apagada, ya que una vez encendida, el agua se calienta y la presión sube.
Si por lo que fuera la presión fuese baja, hay que meterle agua, normalmente tienen una llave pequeña en la parte baja de la caldera (mira en las instrucciones de la caldera para saber exactamente cuál es). Lo mejor es abrirla poco a poco, oír el correr del agua y fijarnos en el reloj que marca la presión, para cerrarla cuando se llegue a la presión óptima. Si la abrimos rápido y del todo, nos puede entrar demasiada agua.
Si nos hemos pasado al llenarla o si por lo que fuera la caldera tiene demasiada presión, podemos reducirla sacando agua de los radiadores, es decir, purgándolos. Podemos ir sacando vasito a vasito y comprobando la presión a cada poco. Hasta dejarla sobre los 1,5 bar.
¡Y ya podemos ponerla en marcha con toda tranquilidad!
Si tienes dudas, contáctanos.